sábado, 14 de marzo de 2015
Barroco Indígena en Santa María Tonantzintla
Barroco Indígena en Santa María Tonantzintla
En la Iglesia de Tonantzintla conviven dos interpretaciones religiosas, la indígena y la cristiana traída por los españoles.
Santa María Tonantzintla es un pequeño municipio de San Andrés Cholula, a 10 minutos de la capital del estado de Puebla, México. El principal atractivo es su iglesia considerada la máxima expresión del barroco indígena.
En la cultura mexica Tonantzin era una diosa identificada con la Tierra. La palabra Tonantzintla viene del náhuatl y significa lugar de nuestra madrecita. Con la llegada de los españoles se le añadió el nombre de Santa María, en honor a la Virgen María.
En este municipio se encuentra el Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla fundado en 1942 por Luis Enrique Erro, astrónomo aficionado, político y educador. Erro también fundó la Escuela Nacional Politécnica, precursora del Instituto Politécnico Nacional; fue diputado y diplomático en varios países.
Gracias a un calificado equipo de trabajo Erro construyó e instaló un telescopio tipo Schmidt uno de los mejores instrumentos de la época, que lanzaría a la astronomía mexicana al primer plano mundial. En 1971 se creó el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) repartiéndose entre estas dos instituciones académicas el terreno que ocupan en Tonantzintla.
En la iglesia de este municipio se filmó una escena de la película Arráncame la vida, versión cinematográfica del libro homónimo de la autora poblana Ángeles Mastretta, una historia que transcurre en el México posrevolucionario de los años 40.
El gran valor de esta iglesia es que es el único templo donde los franciscanos, que evangelizaron el antiguo México, permitieron que los indígenas plasmaran sus inquietudes artísticas y religiosas. Los indígenas de Tonantzintla quisieron representar en la cúpula de la capilla el cielo de Tláloc, el dios de la lluvia. Y cada carita que se ve, no es un ángel, sino un indígena que murió por un rayo o ahogado y reencarnó en este cielo
La pregunta obligada en Tonantzintla es: ¿cuántas caritas -todas de rasgos indígenas- hay en la cúpula de la capilla? Sería extenuante intentar contarlas. Se podría afirmar que no hay ni un centímetro libre en el interior de la iglesia. Su exuberante decoración con motivos indígenas, flores, frutas y plantas expone una mezcla entre el mundo prehispánico y el mundo cristiano.
Si se observa como un cielo cristiano, la cúpula es un cielo dedicado a la Virgen María. Si se mira como un cielo indígena, es un cielo dedicado a Tonantzin.
La cúpula, es originaria del año 1600. Todo lo demás fue agregado por la gente del pueblo a través de los años: cuatro retablos de madera cedro laminados en oro, imágenes de San Antonio de Padua, San Francisco de Asis, pinturas de frutos mexicanos: capulines, tejocotes, nanches, guayabas, zapotes, calabazas, cacao. La iglesia de Tonantzintla es como una persona, cuando se ve desde afuera no se imagina lo que hay adentro.
Una de las tradiciones del pueblo es que las muchachas cuyos pedidos a los santos han sido concedidos, se cortan el cabello y lo llevan como ofrenda en señal de agradecimiento. En el atrio se pueden ver las imágenes de los santos con pelucas de cabello natural.
Para completar el recorrido por la zona se pueden visitar las iglesias de Tlaxcalancingo y San Francisco Acatepec, vocablo náhuatl que significa Cerro de los Carrizos. La fachada del templo está cubierta de azulejos de talavera y se terminó en 1760; fue reconstruida en 1941 después de un incendio.
Santa María Tonantzintla es el tercer templo más visitado de Puebla y el único en el que las creencias religiosas indígenas no sucumbieron a la dominación española. Fue declarada monumento histórico el 11 de noviembre de 1933.
Historia de la China Poblana
La Enigmática Historia de la China Poblana
Quién no ha escuchado alguna vez sobre la china poblana? Y es que es un término que ha caracterizado un legado en
nuestras tradiciones como mexicanos, y es curioso pero detrás de la hermosa
vestimenta que esto representa existe mucho mas historia de la que se cree.
De
hecho existen distintos mitos sobre ella, pero la leyenda más popular es la que
involucra a una princesa raptada por piratas y comprada por españoles al llegar
a Puebla.
Cuentan los cronistas que en 1609 nació la princesa Mirnha en
India. Un día paseando por la playa, fue tomada prisionera y llevada a Manila
en las Islas Filipinas. El marques de Gálvez, virrey de México, encargó al gobernador de
Manila “la compra de esclavas de buen parecer y gracia para el ministerio de su
palacio”. La princesa fue sigilosamente embarcada para la Nueva España en 1620.
Primero llegó al puerto de Acapulco en la Nao de china, vistiendo un exótico vestido de ricos
bordados y lentejuelas. Era la primera vez que una mujer con rasgos orientales
se veía en esas latitudes, la empezaron a llamar “china”, sin importar que
fuera de origen hindú.
Fue comprada por la familia Sosa de Puebla, quienes la
bautizaron y educaron cristianamente con el nombre de . Catalina de San Juan Pronto la casaron con un esclavo de origen chino, Domingo Suárez, con el cual
se rehusó a hacer vida marital.
Tal fue
la nostalgia que Catarina de San Juan sentía por su patria, que al crecer
decidió comprar telas de diversos colores y adornarlas con chaquiras,
canutillos y lentejuelas a la usanza oriental, creando una simbiosis entre lo
mexicano y lo árabe.
Catarina
se hizo muy popular por su belleza y manera muy peculiar de vestir, a la usanza
hindú, lo cual otras mujeres empezaron a imitar y se mezcló con el estilo
indígena, creando el traje típico que se conoce como Traje de China Poblana.
China poblana que esta en la fuente |
China Poblana |
la recogió y Catarinavivió hasta su muerte en 1688, a los 82
años, en la humildad de la vida eclesiástica. En el convento de a logró fama de santa, aunque para
detener esta adoración, la Santa Inquisición prohibió la reproducción de sus
retratos. En la Iglesia de la Compañía, una de las iglesias más emblemática de
Puebla, hay una lápida sobre los restos mortales de Catarina de San
Juan.
Así es
como varios elementos fueron afirmando a lo largo de los últimos años el origen
legendario de la china poblana. Sin embargo, cabe destacar su origen noble
oriental, su condición de esclava vendida por piratas, su “exótica” belleza, su
vida en Puebla y su beatitud. Y es que con todos estos “atributos”; la china
poblana y su leyenda debían servir de ejemplo para muchas mujeres mexicanas. El
salto entre Catarina de San Juan y la mujer mexicana típica se daba
precisamente en esa dimensión ejemplar. Su sumisión, la adopción de la moral
católica y su asimilación a los patrones de vida tradicionales en la sociedad
colonial poblana fueron, según esta leyenda, los elementos que la convirtieron
en una mexicana más, y en un ejemplo para las demás mujeres mexicanas.
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